viernes, 24 de abril de 2015

De El Globo al globo (terráqueo)

No es novedad que The Globe, el espacio/compañía inglés dedicado a la representación y difusión de la obra shakespeareana en su forma más apegada a su formato original,  saque de gira parte de su repertorio. Lo que en esta ocasión hace distinta la gira es el ambicioso proyecto con el cual se celebra el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare: una gira de dos años, representando Hamlet en su idioma original, en cada uno de los países del mundo.
Dominic Dromgoole, director artístico de The Globe, reconoce que Hamlet es una obra que, desde sus primero años de representaciones, ya comenzaba a recorrer el mundo: apenas 8 años después de haber sido escrita, fue puesta en escena en el barco Red Dragon en la costa de Yemen... y desde entonces no ha parado de correr, primero por el norte de Europa, después por el resto del globo.
Parte del encanto de la gira ha sido que a una parte de los países se ha llegado en una pequeña embarcación llamada Tolkein, aunque por supuesto, el trayecto ha tenido que hacerse en toda clase de transportes.


Al tratarse de una gira mundial, surgen las dudas sobre el por qué presentar la obra con el texto original prácticamente completo y en inglés. Peter Brook (sí, EL Peter Brook) comenta en la página del proyecto: "En inglés, las seis palabras más simples son 'to be or not to be' (ser o no ser). No hay un solo rincón en el mundo donde no hayan sido traducidas estas palabras. Pero incluso aquellos que no hablan inglés escucharán esas palabras y dirán '¡Es Shakespeare!' De todas las obras de Shakespeare, Hamlet es la más comprehensiva. Cualquiera, joven o viejo, puede hoy en día identificarse con los personajes, su sufrimiento y sus dudas"
Para los que vamos a tener la suerte de verla en nuestra ciudad ¿Qué podemos esperar? ¿En qué se diferencia este montaje de los que estamos acostumbrados a ver en los países hispano hablantes? Primero que nada, las representaciones de The Globe, aunque pueden ser minimalistas en sus vestuarios y escenografías, están muy apegadas al texto original y no suele haber propuestas extremadamente vanguardistas. El montaje intenta ser, además de un espectáculo, una forma de acercarnos al contexto histórico y cultural en el que Shakespeare escribió sus obras. El elenco está formado por actores de distintas procedencias étnicas, pero que esto no os confunda, todos hablan un inglés perfecto... merece la pena cerrar los ojos y dejarse llevar por la musicalidad de un texto impecablemente recitado. Son pocos actores, la mayoría interpreta más de un sólo papel y no os extrañe ver a mujeres haciendo personajes masculinos.
La escenografía suele ser bastante funcional, con cierto aire de viaje, como si en dos minutos pudiese desmontarse el escenario. Esto funciona muy bien en los espacios abiertos, en los teatros da la sensación de que el espacio queda un poco vacío.
El texto lo representarán prácticamente completo... teniendo en cuenta que es una obra de 5 actos, serán más de dos horas y, en el caso de las representaciones en Madrid, habrá subtítulos en español. Atendiendo a la dificultad que esto implica, he publicado en este mismo blog un esquema con los principales personajes y un resumen de la obra. He intentado que este contenga las acciones más importantes y evitado las acotaciones sobre emociones o intenciones, para que no vayáis con una idea preconcebida.
Recomiendo ampliamente que visitéis la página web del proyecto: http://globetoglobe.shakespearesglobe.com y la cuenta oficial de twitter @WorldHamlet que incluye fotos de todas las funciones que van realizando y algunos enlaces a videos.
Disfrutad del viaje.

jueves, 23 de abril de 2015

Personajes de Hamlet


Pequeña (?) guía argumental de Hamlet

Esta es una guía argumental de Hamlet, principalmente dirigida a aquellos que van a ver la obra en inglés y que no se quieren pasar las dos horas y media leyendo subtítulos. He intentado que sea lo más breve posible, pero son 5 actos! Ojalá os sea de utilidad.


Acto I

Los guardias de Elsinore llevan a Horacio a las almenas del palacio para mostrarle la aparición del fantasma del difunto rey Hamlet. Horacio le interpela pero el fantasma no responde. Conversa con los guardias sobre el estado de agitación que hay en Dinamarca, donde se preparan secretamente para la guerra, pues el príncipe de Noruega, Fortimbrás, intenta recuperar las tierras que en una guerra anterior perdió su padre.
Dentro del palacio, Claudio y Gertrudis celebran su boda. Claudio anuncia el envió de embajadores para solicitar la mediación del rey de Noruega ante la amenaza de invasión. Laertes obtiene el permiso de Claudio para volver a Francia. Gertrudis y Claudio piden al príncipe Hamlet que deje de estar triste y de luto por la muerte de su padre y se alegre por la boda, además de negarle el permiso para volver a Alemania, donde se encontraba realizando sus estudios.
A solas, Hamlet manifiesta su desesperanza y la indignación porque su madre hubiese contraído segundas nupcias a apenas un mes de la muerte de su padre. Horacio interrumpe los pensamientos de Hamlet y le habla del encuentro con el fantasma. Acuerdan hacer guardia esa misma noche para encontrarse con él.
Laertes se despide de Ofelia y la instruye diciéndole que no tome en serio los galanteos de Hamlet y que tenga cuidado de no entregarle su virtud. Polonio da unos últimos consejos a Laertes y lo deja partir rumbo a Francia. Señala a Ofelia que las intenciones de Hamlet no son honestas y le ordena que deje de verlo.
Hamlet, Horacio y Marcelo aguardan de noche en las afueras del castillo y aparece el fantasma del rey Hamlet. El príncipe le conmina a hablar y el fantasma le hace señas para que le siga. En contra de los consejos de Horacio y Marcelo, va detrás del espectro y ellos le siguen de cerca. El fantasma le revela que es su padre y que debe vengar su muerte. Le narra cómo, estando dormido, Claudio vertió un veneno en su oído, asesinándolo y haciéndose de esa manera con la corona y con la reina. El fantasma se despide, Horacio y Marcelo encuentran al príncipe pero este se niega a contarles lo que le ha dicho el espectro, y los hace jurar que no dirán a nadie lo sucedido esa noche.

Acto II

Polonio envía a Francia a un espía para que indague cómo se está comportando Laertes. Ofelia cuenta a su padre que Hamlet ha entrado en su habitación y tenía muy mal aspecto. Polonio sospecha que ha enloquecido de amor porque ella ha roto con él.
Claudio y Gertrudis reciben a Rosencrantz y Guildenstern, amigos de estudios de Hamlet, y les piden que averigüen por qué está deprimido.
Los embajadores vuelven de Noruega: el rey ha ordenado a Fortimbrás no atacar Dinamarca y piden a Claudio permiso para cruzar su territorio, ya que planean una campaña contra Polonia.
Polonio comunica a los reyes que la cusa de la melancolía de Hamlet es porque está enamorado de Ofelia. Para corroborarlo, planean un encuentro entre ellos y espiarlos para ver su reacción.
Hamlet se hace pasar por loco frente a Polonio con el fin de confundirlo. 
Rosencrantz y Guildenstern se presentan ante Hamlet, él les recibe pero se da cuenta de que no han ido a visitarlo por amistad, si no que han sido mandados llamar por Claudio. Ellos le anuncian que ha llegado una compañía de cómicos al palacio. Hamlet da la bienvenida a los actores y pide a uno de ellos que recite un parlamento sobre el asesinato de Príamo. Después les pide que al día siguiente representen ante la corte la obra La muerte de Gonzago.
A solas, Hamlet se lamenta de que, mientras el actor experimenta un emoción auténtica al recitar su parlamento, él no es capaz de sentir el coraje necesario para vengar el asesinato de su padre. Decide que, si Claudio manifiesta culpabilidad al ver una obra de teatro que imita el asesinato del rey Hamlet, entonces no tendrá ninguna duda y llevará a cabo la venganza: La representación será la trampa donde caerá la conciencia del rey.

Acto III

Rosencrantz y Guildenstern advierten a los reyes que no han podido averiguar la causa de la melancolía de Hamlet. El rey prepara el encuentro entre Hamlet y Ofelia y junto con Polonio los espía.
Entra Hamlet, con el monólogo Ser o no ser.
Ofelia le devuelve sus cartas, él le dice que nunca la amó y le ordena que entre en un convento. Ella reconoce que se encuentra muy perturbado mentalmente.
El rey concluye que el príncipe no está enamorado, si no loco, y que debe marcharse a Inglaterra al día siguiente. Polonio le propone que antes de eso deje que la reina hable con él.
Hamlet da las últimas instrucciones a los actores y pide a Horacio que ponga especial atención en las reacciones del rey. Entra la corte y comienza la representación, una historia muy similar a las circunstancias del asesinato del rey Hamlet. Claudio se ve reflejado y se levanta indignado, terminando abruptamente la representación. Todos se marchan y Horacio coincide con Hamlet: Claudio se ha dado por aludido. Hamlet es mandado a llamar a la habitación de la reina.
El rey Claudio ordena a Rosencrantz y Guildenstern que acompañen a Hamlet a Inglaterra. Rezando a solas, Claudio siente remordimientos por haber matado a su hermano, pero no tiene intención de deshacerse de todas las cosas que lo impulsaron a cometer el crimen: la corona y la reina. Hamlet le ve rezando y piensa que sería un momento oportuno para matarle, pero se teme que, por estar rezando, al morir vaya al cielo, lo cual no tiene merecido.
En la habitación de la reina, Polonio se esconde entre los tapices para poder escuchar la conversación. Hamlet se confronta con su madre, ella piensa que la quiere asesinar, Polonio grita y Hamlet, pensando que se trata de Claudio, lo mata. El príncipe no se arrepiente del error, cree que lo merecía por sus constantes intromisiones. Continúa acusando a su madre por haberse casado con Claudio. Aparece el fantasma del rey Hamlet, pero la reina no puede verlo. El espectro le ordena que no se ensañe contra su madre y que la reconforte. Gertrudis queda convencida de que su hijo ha enloquecido. Hamlet se despide de su madre y se lleva arrastrando el cuerpo de Polonio.

Acto IV

Gertrudis narra a Claudio lo que ha pasado, este envía a Rosencrantz y Guildenstern a buscar el lugar dónde ha escondido Hamlet el cadáver de Polonio.
Llevan a Hamlet frente al rey y, después de responder con evasivas, le indica dónde está el cuerpo. Claudio lo envía inmediatamente a Inglaterra, con dos cartas que custodian Rosencrantz y Guildenstern, en las cuales se ordena la ejecución inmediata de Hamlet.
Camino al puerto, Hamlet se encuentra con el ejército de Fortimbrás, que va rumbo a Polonia. Hamlet compara su valor para morir por un trozo de tierra que apenas vale nada con su desidia para ejecutar la venganza.
En Elsinore, Horacio intercede ante los reyes para que vean a Ofelia, quien ha enloquecido a causa de la muerte de su padre. Un grupo de rebeldes encabezado por Laertes al palacio, buscando responsables por la muerte de Polonio. Al ver el estado de Ofelia Laertes se enfurece aún más, Claudio intenta apaciguarlo, argumentando que no ha sido culpa suya.
Horacio recibe una carta de Hamlet, quien de camino a Inglaterra ha caído en manos de unos corsarios, navega de vuelta a Dinamarca y pide que se reúna con él.
Mientas Claudio intenta convencer a Laertes de que la reina y en general, el afecto que el pueblo siente por el príncipe Hamlet, le impiden hacerlo responder por la muerte de Polonio, recibe una carta de Hamlet anunciando que al día siguiente estará de vuelta.
Claudio aconseja a Laertes la forma de obtener venganza: organizar un duelo de esgrima entre Laertes y Hamlet. Laertes utilizará un florete envenenado para matarlo y, en caso de que falle, Claudio envenenará la copa de la cual beberá. La reina los interrumpe para decirles que Ofelia ha muerto ahogada en el río.

Acto V

Dos sepultureros preparan la tumba de Ofelia. Deducen que se trata de una persona distinguida, puesto que a pesar de haberse suicidado, recibirá cristiana sepultura.
Hamlet y Horacio se encuentran con uno de los sepultureros y entre juegos de palabras hablan sobre lo efímero de la vida.
Ven venir a toda la corte siguiendo un féretro y se esconden para escuchar de quién se trata. Laertes lamenta la muerte de su hermana, Hamlet se hace notar y pelean. Hamlet le dice que su dolor por la muerte de Ofelia es mayor ya que él la amaba.
En el palacio, Hamlet le narra a Horacio cómo consiguió escapar: robó las cartas que llevaban Rosencrantz y Guildenstern, en las cuales se pedía al rey de Inglaterra que ejecutara a Hamlet inmediatamente, y las sustituyó por otras ordenando que cortaran la cabeza de Rosencrantz y Guildenstern.
A pesar de tener un mal presentimiento, Hamlet acepta la invitación a un duelo contra Laertes.
Se reúnen el rey, la reina y la corte para presenciar el combate. Hamlet pide perdón a Laertes por haberle ofendido y Laertes acepta la disculpa.
Hamlet va ganando el encuentro y, previendo que Laertes no tendrá oportunidad de envenenarlo con su florete, Claudio envenena la copa de vino y le da a beber, pero Hamlet la rechaza. La reina bebe de la copa, Laertes consigue herir a Hamlet, los floretes se intercambian y Laertes es herido también con la punta envenenada. La reina muere, Laertes confiesa y Hamlet hiere al rey. Muere el rey, después Laertes y Hamlet agoniza. Horacio pretende suicidarse para acompañarle en la muerte pero se lo impide, pues necesita que cuente a los demás lo que ha ocurrido. Hamlet muere, vuelve Fortimbrás de Polonia y, al encontrarse a todos muertos, reclama la corona de Dinamarca.

lunes, 30 de enero de 2012

¿Es realmente la autoría un problema? Parte 1

Estando en Inglaterra me ha tocado vivir en vivo y en directo el revuelo ocasionado por el estreno de la película Anonymous, de Roland Emmerich. A sabiendas de que la película transcurría en época isabelina, decidí esperar a estar en España para verla con subtítulos. Desafortunadamente cuando llegué a Madrid ya la habían sacado de cartelera, luego vino la crisis de Megaupload y cuando ya perdía toda esperanza y ambición de verla un Torrent fue benévolo y la trajo hasta mí.


Para quienes no lo sepan aún, Anonymous plantea una interpretación alternativa de la autoría de las obras de Shakespeare y de la propia historia de Inglaterra: que Shakespeare no fue en realidad quien escribió las obras que se le atribuyen y que una rabieta de Ben Jonson llevó a su fin a la dinastía de los Tudor. Comencemos diciendo que cuestionar la autoría no es algo nuevo: desde el Siglo XIX venimos escuchando que el verdadero escritor de lo que denominamos "obra shakespeareana" podría ser Francis Bacon o Eduard de Vere (XVII Conde de Oxford y personaje principal de Anonymous) o Christopher Marlowe, etc. Conociendo la historia del descreimiento autoral uno se pregunta entonces ¿por qué armar tanto revuelo por una película?


Después de verla me quedo con la impresión de que Emmerich parece muy decidido a polemizar más allá de la argumentación histórica. No se trata únicamente de la exaltación de la figura de Eduard de Vere el cuál puede, por qué no, haber sido un hombre de letras brillante, encantador con las damas, desastroso en la administración. La película nos muestra también a un William Shakespeare deleznable: analfabeta, pueril, poco realista, oportunista, chantajista, alcohólico, frecuentador de prostitutas e individuo con muy pocas luces. Me da la impresión de que Emmerich quisiera apelar al resentimiento que muchos guardan hacia los clásicos, hacia la literatura, hacia la educación misma. Cuántas veces no fuimos obligados en la escuela a leer a los autores clásicos y les cogimos tanta mala voluntad que anhelábamos verlos ridiculizados, a manera de venganza por el ridículo que ellos nos hicieron pasar al poner en evidencia nuestra poca capacidad de comprensión. Tengo la idea de que el Shakespeare de Emmerich es el rostro de dicho resentimiento.


Dos meses antes del estreno en Inglaterra de Anonymous, el Shakespeare Birthplace Trust presentó su proyecto "60 minutos con Shakespeare"(1) el cual consiste en 60 preguntas en torno a la controversia de la autoría, respondidas en 1 minuto por 60 figuras como el Príncipe Carlos, Stephen Fry (a este tuvieron que darle 5 minutos  porque, seamos honestos, el hombre es encantador pero se enrolla como una persiana), algunos de los estudiosos de Shakespeare más importantes en el mundo como Stanley Wells, Paul Edmondson, Michael Dobson, una buena pléyade de profesores de la Universidad de Oxford, actores, directores y hasta el mismísimo Roland Emmerich. "60 minutos con Shakespeare", al igual que el libro "Shakespeare Bites Back: Not So Anonymous" (del cual les hablaré en otra entrada porque realmente merece la pena comentarlo) es un proyecto bastante accesible para el público en general y sobre todo orientado hacia los educadores a nivel secundaria, quienes seguramente habrán tenido que resolver a las dudas que surgieron tanto en alumnos como en padres después del estreno de Anonymous.


Debo decir que las muestras de indignación y la cantidad de tweets que corrieron por la twiteósfera desgarrándose las vestiduras por el atrevimiento de Emmerich, me parecieron un poco exagerados. Luego  pensé ¿Qué pasaría si en vez de ser Shakespeare hubiese sido Cervantes? ¿Nos quedaríamos callados si alguien osase a decir que Don Miguel no escribió el Quijote? Claro está, con la literatura universal existe un fenómeno de apropiación que muchas veces nos lleva a olvidar nacionalidades y biografías. Hay autores tan extranjeros como podría ser Dostoievski pero a pesar de ello los sentimos muy próximos, como si fueran de nuestra familia. Sin embargo Cervantes ocupa un lugar especial para los hispanohablantes porque nos ha enseñado qué tan lejos puede llegar nuestra lengua y la imaginación surgida de la experiencia cultural que nosotros también hemos vivido. De la misma manera Shakespeare nos enseña cuán rico puede llegar a ser el idioma inglés en su vocabulario, en su sonoridad, en su capacidad metafórica y como vehículo de exploración del alma humana.


Emmerich da mucha importancia al hecho de que un pueblerino como Shakespeare no puede haber tenido acceso a la educación necesaria para poder escribir las obras, educación que sí tuvo Eduard de Vere, además de poseer un talento nato. Algunas cosas que descubrimos en "60 minutos con Shakespeare" es que aunque no fue a la universidad sí debió haber asistido a la escuela de gramática de su pueblo, la cual era gratuita y entre sus lecturas básicas estaban Ovidio, Plutarco y Montaigne, autores de gran influencia en su obra, además de que, al contrario de lo que se puede creer, los libros no eran un recurso inaccesible en la época y de hecho constituían una forma de esparcimiento. Decir por tanto que un hombre no puede ser el más grande genio de la literatura inglesa solamente porque tuvo una educación modesta (como la que hemos tenido la mayoría de nosotros) y provenía de un pueblito, me parece que no tiene mucho sentido. Y no puedo evitar sentirlo como algo personal, como algo que afecta a todos los que venimos de la provincia, de países del tercer mundo, de sistemas de enseñanza modestos... ¿Entonces nosotros tampoco podríamos aspirar a dejar nuestra huella en el mundo?


(1) Esta página pueden consultarla en http://60-minutes.bloggingshakespeare.com desafortunadamente sólo está en inglés, pero las grabaciones vienen acompañadas de una transcripción, con lo cual su comprensión resulta mucho más fácil para quien posee un conocimiento a nivel intermedio de la lengua. El proyecto me ha parecido muy interesante, intentaré irles contando un poco más de él en futuras entradas.

lunes, 24 de octubre de 2011

Pásele don Guillermo, está en su casa

Suponía que, al igual que Cervantes en el mundo hispano, William Shakespeare sería en su tierra objeto/modelo de veneración. Pero hasta que no vine a pasar una temporada en Inglaterra no me di cuenta de la forma en que Shakespeare impregna la cultura anglófona, cuántos investigadores se consagran al estudio de todos los temas que de él se puedan desprender, cuántos estantes de la Bodleian Library (o salas de lectura) podrían llenarse si todos los libros sobre Shakespeare que dicha biblioteca guarda se agruparan en un mismo sitio y cuántos autores reescriben sus historias. De pronto voy caminando por las calles de Oxford y encuentro un cartel que dice algo así como: "Aquí había una venta en la que una vez William Shakespeare se alojó cuando iba de camino a Londres". 

No me extraña en absoluto que Inglaterra defienda la figura de Shakespeare más allá de su valor literario, transformándolo en uno de sus bienes culturales más preciados. Parece ser que las transformaciones lingüísticas del inglés han hecho más difícil para las nuevas generaciones el acceso a los textos de Shakespeare, tal vez todavía más complicado para los norteamericanos, y aquí el sistema redobla esfuerzos,  traduciendo del inglés al inglés, motivando la mejora de los materiales didácticos: por ejemplo, la Royal Shakespeare Company ofrece versiones en comic de las principales obras, ediciones que debo decir como amante de los comics, están muy cuidadas, casi como cualquier edición de Marvel o DC.

El mes pasado estuve en un congreso de literatura donde se analizaba la influencia de la obra de Shakespeare en la poesía. De pronto aparecieron un puñado de poetas europeos y latinoamericanos (se echaron de menos a los asiáticos y los africanos) que en sus propias lenguas, poéticas y contextos reflejaron a través de su poesía interpretaciones de la obra shakespeareana que por si misma la crítica británica no hubiera alcanzado. Esto me ha llevado a pensar que, aunque mucho se ha dicho de Shakespeare, aún no se ha dicho todo. Visto desde nuestras diversas latitudes ciertas metáforas, ciertas imágenes adquieren un significado distinto, tal como lo demostró la crítica postcolonialista analizando las relaciones de poder que el canon inglés ha establecido con sus ex-colonias.


¿A qué edad conocimos a Shakespeare quienes venimos de sistemas educativos latinoamericanos o españoles? Quien tuvo suerte le conoció en la secundaria, cuando algún profesor pensó en encarrilar la recién despertada energía vital de los adolescentes haciéndolos representar Romeo y Julieta. En mi caso fue más tarde, tenía 18 años cuando leí Hamlet y estoy convencida de que mi experiencia fue totalmente distinta a la del estudiante anglófono. Puede que la mayoría de los hispanohablantes no sepan de qué va Hamlet pero el argumento de Romeo y Julieta está metido hasta lo más profundo de nuestros huesos, nos entra por el cine, la televisión, las versiones paródicas, la música, la pintura... conocemos a Shakespeare incluso sin saberlo, en ocasiones nos acercamos a él con una idea formada a partir del "boca a boca" e incluso a veces con la mente en blanco y libre de prejuicios.


Mientras que el mundo anglófono se desborda en crítica, al mundo hispano le faltan espacios para poder hablar de Shakespeare, de SU Shakespeare, con puntos de vista que en otro lugar no se formarían. Probablemente hace 50 años no hubiéramos podido hacerlo por la falta de traducciones, ahora ya no hay pretexto. Además de las españolas, del Instituto Shakespeare (que es una de mis favoritas), están también las argentinas, las mexicanas y sin conocerlas sé que las habrá en Colombia, las habrá chicanas. Estoy convencida de que Shakespeare no es patrimonio de los británicos, es patrimonio de todos los que queramos apropiarnos de él. Es por eso que he decidido abrir este blog para poder discutir manifestaciones concretas de dicha apropiación en la cultura hispánica: hablar de los montajes de sus obras, sus traducciones si mi incipiente inglés me lo permite, las adaptaciones teatrales y cinematográficas, nuestro particular punto de vista sobre discusiones académicas como el problema de la autoría. En fin, que me gustaría motivarlos a pensar que Shakespeare es de todos y todos tenemos algo que decir. Confío en poder tener una entrada nueva cada semana y si tienen alguna idea, algo de lo que les gustaría que se hablara por favor háganmelo saber. Sé que será un viaje apasionante.